Todavía estoy de viaje, en New York (el sábado tengo el regreso). La travesía para llegar comenzó medio movida, con un vuelo con tormenta, pero entre tantos vuelos y conexiones, medio que me “curé de espanto”.
De cualquier modo ya de entrada encaré los viajes de otra manera, por ejemplo en el despegue hice el ejercicio de ir “a lo picapiedra” y ya es comenzar el vuelo de otra manera. No como antes que iba hecha un nudo, toda dura agarrada al asiento. Tampoco es que sea fan número uno de volar, pero puedo hacerlo sin sentirlo como una experiencia traumática (excepto por el pequeño espacio que te dan en un viaje de 10 hs, pero eso es otra historia, jajaja).
Sabrina