Creo que a nadie le es ajeno el comunicado que la APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) ha redactado para que los pilotos lean durante el crucero de los vuelos advirtiendo las posibles consecuencias negativas que el gobierno está tomando en relación a las políticas de aeronavegación.
El gobierno tendrá sus razones y los pilotos, las aerolíneas y el personal que rodea a la aviación, tendrán las propias. Lo que yo me pregunto es quién protege al pasajero que viaja con aprensión, con miedo o bien el que no viaja y todo esto le confirma que, según él, es re peligroso hacerlo.
Siempre el pasajero es el rehén de estas situaciones que son poco claras. Un pasajero fóbico que escucha el mensaje cuando lo único que quiere es bajar del avión va a entender muy poco de todo lo que escuche, y si es extranjero, menos aún. Le van a quedar algunas palabras resonando, sobre todo: “seguridad” y seguramente lo va a transformar en “yo sabía que es insegura la aviación”.
Está muy bien que se luche por una aviación cuidada, protegida y sobre todo que esté acorde con las normas de seguridad que la globalización requiere y que si se nivela para abajo esos estándares de seguridad de los que estamos tan orgullosos, se pueden poner en peligro.
Como directora de Alas y Raíces y después de toda una vida compartiendo con pilotos temas relacionados con la aviación, desde mantenimiento pasando por meteorología, entrenamiento y regulaciones, sé que el interés por la seguridad es genuino, como obviamente lo es también por sus fuente de trabajo.
En estos días muchas personas han consultado acerca de si hoy es seguro volar: contesto que sí. Nadie dijo que hoy sea peligroso volar, sólo se advierte sobre ciertas medidas que podrían afectar a la industria.
El mayor poder que tiene el pasajero es el de decidir por qué aerolínea volar. Claramente una aerolínea como la de bandera argentina, que está entre las 10 aerolíneas más seguras del mundo, genera confianza y vuelos con ocupación completa. Costó mucho revertir la imagen de Aerolíneas Argentinas, y creo que hay que cuidarla. Hoy muchos argentinos que hace unos años no volaban por ella la eligen. Los aviones nuevos, el profesionalismo, la atención, todo contribuye a que cuando un pasajero llega a su asiento, ya se sienta “como en casa”.