La respuesta es simple. Los pilotos se entrenan sin mirar afuera del avión. En vuelos nocturnos o con niebla los instrumentos indican el camino a seguir. No necesitan mirar afuera.
Además,
• El instrumental también les indica si hay presencia de otros aviones u obstáculos del terreno.
• Las pantallas muestran la ruta a seguir y dónde está el avión.
• El avión cuenta con un radar en la punta de su nariz (Radome), que de día y de noche indica la presencia de tormentas.
• El plan de vuelo cuenta con suficiente información acerca de la meteorología en la ruta como para que el piloto decida cómo sortear las tormentas.
La niebla no es un problema en sí para los pilotos porque siempre tienen información que les permite tomar decisiones.
Una vez les sea asignada la pista que les corresponde, programan la aproximación y comentan las condiciones para el aterrizaje (briefing), decidiendo de antemano en caso de tener que ir a una alternativa. En ese momento y de acuerdo a la habilitación del aeropuerto para la operación con visibilidad reducida por niebla, deciden proceder a la alternativa que cuente con las mejores condiciones para aterrizar.
Por lo general el aterrizaje es manual pero cuando la niebla es muy densa, el aterrizaje es automático, siempre y cuando el aeropuerto disponga de sistema ILS, caso contrario se dirigen a la alternativa previamente elegida.
EL ILS SE COMPONE DE 2 EQUIPOS.
a) Uno en tierra, que emite señales y
b) En el avión, con un procesador que las muestra en un instrumental para poder navegar.
IMPORTANTE PARA TENER EN CUENTA
• Desviarse a una alternativa, NO ES PELIGROSO, ES INCÓMODO. Puede traer retrasos o se puede perder una conexión. Hay que recordar que esa incomodidad hace a una operación segura y es cuidado para el pasajero.