“Sé que mi miedo al avión es irracional, pero…”. Esta afirmación es habitual. ¿Por qué aparece este pensamiento y da permiso para padecer o evitar volar en avión? Las neurociencias hoy pueden dar algunas respuestas.
Tenemos un cerebro/mente “viejo” que nos iguala a los animales, de ahí lo de irracional, y un cerebro/mente “nuevo” que nos permite tener pensamientos racionales, lógicos o alternativos. Esos pensamientos automáticos que vienen sin invitación y que tienen tanta fuerza que son fáciles de creer se centran en unos cuantos miedos clave:
- Integridad física: temor a resultar dañados, a sufrir o a morir.
- Nuestra habilidad para trazar y asegurar alcanzar objetivos, que se traduce en la necesidad de control.
- Algunos miedos sociales, quedar expuestos y en evidencia o bien el disgusto por estar entre muchas personas y además desconocidos.
A estos miedos los podemos llamar arquetípicos, porque los compartimos con muchos seres humanos aun de distintas culturas, edades y religiones.
Es aliviador saber esto. No hay nada dañado en uno si tiene aerofobia o si la pasa mal en el avión. Hay personas con distintos perfiles genéticos, trasfondos e historias personales que les permiten gestionar el miedo de mejor forma mientras que para otros puede resultar muy difícil.
La buena noticia es que sí existe la motivación, el interés y el compromiso con uno mismo para poder superar los miedos. Se puede lograr con una pequeña cuota de esfuerzo personal y con la adecuada ayuda en una ambiente cómodo y amable.
“Sé que mi miedo al avión es irracional pero quiero tomar el desafío de modificarlo”. Así, el pensamiento del principio podría convertirse en asertivo.
Proponemos:
- Información . Responder todas las dudas.
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Autores referidos: Aaron Beck y Paul Gilbert.