A. Manifiesto un temor acusado y persistente que es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o anticipación de un objeto o situación específicos (como volar, precipicios, animales, administración de inyecciones o visión de sangre).
B. Si me expongo a ese objeto o situación, respondo inmediatamente con ansiedad, que puede tomar la forma de una crisis de angustia. En los niños la ansiedad puede traducirse en lloros, berrinches, inhibición o abrazos.
C. Reconozco que este miedo es excesivo o irracional. En los niños puede faltar este reconocimiento.
D. Evito o soporto ese objeto o situación a costa de una intensa ansiedad o malestar.
E. Las conductas de evitación, la ansiedad y el malestar, interfieren en mi rutina normal, mis relaciones laborales (o académicas) o sociales.
F. Si soy menor de 18 años, la duración de estos síntomas deben ser de 6 meses como mínimo.
Las fobias específicas se agrupan en cinco subtipos:
A. Tipo animal: temores a determinados animales como perros, gatos, pájaros, insectos, etc. Este tipo de fobias son muy comunes en la infancia.
B. Tipo ambiental: temores que tienen que ver con el entorno natural, como oscuridad, alturas, fuego, agua, fenómenos naturales como tormentas, inundaciones, viento, etc. Este subtipo también es común en la infancia, y generalmente se va superando con el crecimiento.
C. Tipo sangre, heridas o intervenciones médicas o quirúrgicas: temor a ver sangre, heridas, recibir inyecciones, etc. En este subtipo no sólo aparece el temor, sino también la posibilidad de desmayos.
D. Tipo situacional: los temores más comunes tienen que ver con la posibilidad de quedar encerrado, atrapado. Aquí se ubican las fobias a volar, a viajar en subte, tren, ómnibus, pasar por un túnel, ir a cines, teatros, etc.
En el caso específico de la fobia a volar, vemos que el temor al avión viene acompañado de otros miedos, como son estar encerrado, la altura, las tormentas, etc. Los temores que llevan a la persona a evitar volar o a hacerlo con un gran malestar, pueden hacer referencia al avión (turbulencias, que fallen los motores, déficit en los controles, etc.) o a aspectos internos (perder el control, tener un ataque de pánico, morirse, etc.).
¿Qué factores contribuyen al desarrollo de una fobia específica?
– VULNERABILIDAD BIOLÓGICA Y TIPO DE PERSONALIDAD
– MODELAJE (Enseñanzas familiares o de personas significativas)
– MALAS EXPERIENCIAS (Situaciones traumáticas, personales o de terceros)
– INCORPORACIÓN A TRAVÉS DE LA INFORMACIÓN. (Adquirida por los medios de comunicación (diarios, TV, cine, libros, revistas, etc.).
El tratamiento
El enfoque psicoterapéutico de primera elección es el abordaje cognitivo conductual, y dentro de éste, la técnica más eficaz para las fobias específicas es la terapia de exposición, donde el paciente aprende a controlar su ansiedad, lo que le permite ir aproximándose gradualmente a aquello que le genera temor, fundamentalmente para corregir las percepciones o creencias equivocadas que tenía del objeto o situación.
De todos los trastornos de ansiedad, las fobias específicas son las que requieren con menor frecuencia la prescripción de psicofármacos. Se evaluará la posibilidad de utilizarlos en aquellos pacientes en que la intensidad de la ansiedad sea tal que no le permita llevar a cabo las técnicas terapéuticas. Es importante tener en cuenta que el recurso de la medicación, en este caso, está al servicio de favorecer el aprendizaje del paciente en el manejo de su ansiedad, lo que le permitirá en el futuro no tener que depender de la misma.