Las etiquetas y las limitaciones nos las vamos poniendo nosotros mismos cada vez que evitamos, cada vez que dejamos paso al miedo y decimos NO tan sólo por no animarnos, o por agrandar los peligros en nuestra imaginación.
Otras veces comenté que el peor enemigo del miedo es la EVITACIÓN. Ella nos da permiso para seguir evitando o postergando. Hoy quisiera centrarme en las Limitaciones que cada uno nos ponemos cuando por la historia personal dejamos de hacer cosas que en otros momentos nos divertían, nos enriquecían y nos permitían compartir con los otros, familiares, amigos, compañeros de la vida o del trabajo.
Muchas historias recogí en estos años. Algo repetido es “una vez me pasó y dejé de hacer…”. Puede ser desde viajar en subte, salir a comer, viajar en avión, alejarme de casa, por poner algunos ejemplos.
Qué fue lo peor de esas historias? Lo peor ha sido que se ha dejado de hacer. De esa forma se agranda muchísimo el peligro. En mi época se le decía CUCO a aquello que temíamos pero no sabíamos a ciencia cierta qué era. Hoy veo que cada vez que dejan de hacer actividades los miedos crecen y uno siente que no tiene recursos para enfrentar esos peligros (cucos).
Las Limitaciones por lo general son autoimpuestas. Ese no voy a poder: es tengo miedo de sufrir pero… si me animo , qué es lo peor que podría pasar? Sufrir, pasarla mal, tener síntomas desagradables y que alguien se de cuenta, descontrolarme?
Para cada una tengo repuestas:
Sufrir: Nadie llega a sufrir tanto como para romperse. Seguramente en muchas situaciones sufrimos y salimos airosos.
Pasarla mal: Si la paso mal y sé que lo que vivo es incómodo pero no peligroso, otro sentido tendrá mi pasarla mal.
Tener síntomas desagradables: Cuando uno ha sufrido Ataques de Pánico o síntomas de Ansiedad tiene una vía muy rápida para interpretar cualquier síntoma como el inicio de algo peor. Hay que saber que los movimientos que genera el avión pueden hacer recordar otros síntomas pero si los tomamos como naturales y no peligrosos vamos a salir de esa sensación de catástrofe…
Alguien puede darse cuenta y yo hacer el ridículo: La gente suele ser amable con quien está sufriendo y brinda ayuda. Qué haría yo viendo a alguien que está mal? ¿Me reiría? No, ayudaríamos. Eso es lo que ocurriría… Alguien nos ayudará.
Puedo descontrolarme: Si hay descontrol uno puede ser su propio terapeuta y actuar AUTOINSTRUYÉNDOS:
– “De esto no me voy a morir”
– “Éste no es un peligro real”
– “Estoy en control”
– “Respiro profundamente tres veces”
– “Me concentro en el aire que entra y que sale “
Las limitaciones nos acompañan por largo tiempo y terminamos convencidos de que es IMPOSIBLE alcanzar objetivos. Es bueno desafiar los “nunca”. Ellos van acrecentando la disminución de la autoestima y sin darnos cuenta los otros también asumen que no podremos. Pueden empezar en confiar e intentar. Vale la pena.