Preguntas sobre la aerofobia

Preguntas realizadas por la periodista Grisel Isaac del Suplemento Viajes del Diario Clarín, nota publicada el 10/10/2010

¿Hay estadísticas sobre cantidad de gente que sufre algún tipo de ansiedad/trastorno relacionado con los viajes en avión?

Las estadísticas dicen que una de cada tres personas padecen desde un malestar ligero a un cierto nivel de miedo que puede llevar a la persona a pensar en evitar volar en avión. Una de cada cinco personas llega a evitar volar en avión. Desde nuestra experiencia de más de 15 años trabajando con personas que padecen trastornos de ansiedad observamos que las mayores consultas provienen d e personas claustrofóbicas, controladoras, con una visión catastrófica, sumamente influenciables . También están los que a partir de una situación vivida en vuelo , por desconocimiento han percibido que su vida pendía de hilo. Otras consultas se relacionan con no haber abordado aviones por años y haber atesorado un mal recuerdo que con el tiempo se agranda cada vez más.

¿Hay algún otro tipo de fobia relacionada con los viajes y que estén tan claramente identificada como sucede con la aerofobia?

Además de las ya citadas que son las más comunes, nos han consultado personas que han padecido ataques de pánico. Los mismos dejan un recuerdo corporal y cognitivo que hace de esa persona alguien aprensivo.
Las personas con alguna variante agorafobia frecuentemente solicitan ayuda. Hay quienes temen alejarse de sus casas, temen no obtener ayuda si lo necesitan o se preocupan excesivamente por la existencia de centros médicos. Solamente los lugares conocidos resultan seguros para ellos.
Cuando se ha atravesado una situación traumática ( de cualquier índole) aumenta el temor a lo incierto y desconocido como es el volar.

¿Se puede trazar un perfil de la gente que suele consultar por este problema?

Podemos decir que lo común tanto en hombres como en mujeres está relacionado con la necesidad de tener todo bajo control, la necesidad de hacer y estar en movimiento hace que el tiempo de crucero ( la parte más larga de un vuelo a Usa o Europa, por ejemplo) se haga intolerable. Esto sucede por la necesidad de predecir qué va a pasar, la imposibilidad de ser uno mismo con sus pensamientos y aparecen como catarata miles de pensamientos relacionados con todo lo malo que puede ocurrirle al vuelo o bien se pasa revista a todo lo que se ha hecho o dejado de hacer en la vida. Vale decir la mente no para de pensar (cosas negras) y la persona no puede concentrarse en una película, un libro o simplemente en la conversación de un compañero de viaje u otro pasajero.

¿Cómo se puede superar o trabajar ese temor? Cuáles son las bases del trabajo en Alas & Raíces?

Alas y Raíces trabaja desde distintos ángulos.

Somos un equipo interdisciplinario. El piloto del equipo, Cmte. Gustavo Giménez, brinda la información necesaria acerca de los aviones, las tripulaciones, las aerolíneas y la meteorología para ayudar a disipar los mitos y las distorsiones que genera el boca a boca respecto de los “peligros” de los rayos y las tormentas, por ejemplo.
La información racional es uno de nuestros aliados.

Como psicóloga encaro el trabajo de los miedos desde los distintos ángulos, ya sea una crianza en un ambiente signado por “ el peligro”, como ocurre en muchas familias explorando si hubo situaciones traumáticas o experiencias negativas en un vuelo. Además de trabajar los miedos exploramos herramientas de autoasistencia en vuelo con diversos abordajes corporales y de imaginería. En los últimos años hemos incorporado Mindfulness en el abordaje de los miedos permitiendo el desarrollo de una mayor atención al momento presente.

Todo el equipo de Alas contribuye a generar en quienes nos consultan contención y seguridad, confianza y serenidad.

¿Cuáles son los consejos y sugerencias que pueden darse a los viajeros en general (ya que supongo muchos sufren algún tipo de ansiedad… pero no implica que dejen volar?

El mejor consejo que se puede dar para alguien que tiene aprensión al volar y duda entre hacerlo y no es, NO DEJAR DE VOLAR. Cuando uno se permite dejar de hacer algo, en este caso volar, por miedo, se da permiso para EVITAR y éste es el peor enemigo. Inicialmente se siente un alivio pero luego es muy torturante el autoreproche por haber evitado.
La mejor sugerencia, preguntar a una fuente confiable, no quedarse suponiendo un escenario terrorífico. Pedir ayuda a especialistas capaces de informar sin mentir y esclareciendo percepciones que en la experiencia directa (un vuelo) se tiñen con experiencias anteriores, con comentarios de otras personas, con información parcial que aparece ante accidentes o incidentes ,porque la investigación no ha concluido.

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