Recién aterrizada en Miami, lloré de emoción en el momento que el avión tocó el piso… Porque es increíble la sensación de haber logrado algo que un día te prometiste a vos misma que jamás volverías a hacer.
Y hoy lo logré, con mis ganas, con mis nervios de hace tantos meses, con la ayuda de mis amigos y con la contención y enseñanza de ALAS Y RAÍCES y sabiendo y pensando todo el tiempo en todo este grupo y que tenemos que apoyarnos para poder lograrlo!
A la hora de salir de Baires, empezaron las turbulencias que continuaron casi todo el viaje parando solo por períodos cortos… Pero nunca fueron demasiado bruscas y a la larga terminé durmiéndome.
La noticia es que pude, a pesar de mi resistencia inicial.