Creés en los milagros? Bien, se produjo uno. Estamos en New York, volamos maravillosamente bien TODO EL VUELO. Dormí, comí, caminé un poquito, fui a la cabina, en fin, logré volar con mis propias “alitas”. ¡¡¡PUDE!!! Gracias por tanto cariño, los quiero!
María