Laura
Sigue sin gustarme volar, pero entender lo que está pasando hizo que el miedo casi no aparezca. Durante la turbulencia, me vino bárbaro escuchar el CD de Liliana!
Sigue sin gustarme volar, pero entender lo que está pasando hizo que el miedo casi no aparezca. Durante la turbulencia, me vino bárbaro escuchar el CD de Liliana!
No puedo creer lo bien que viajé! Cuando terminé el curso no me tenía tanta fe, pero ahora fui releyendo los textos y de a poco se fueron despejando los miedos.
A partir del curso, mis percepciones sobre el avión cambiaron. Antes la situación me dominaba, y esta vez yo estuve en control de la situación.
Esta vez no me bloqueé, pude racionalizar y no dejarme ganar por el miedo. Sin darme cuenta, había internalizado muchos de los consejos del curso. Es difícil explicar la sensación de alivio que se siente!
Aquí en Nueva Zelanda, muy feliz por el encuentro con mi hija. El curso me sirvió mucho: respirar, saber cómo funciona un avión, y todo lo que vimos hizo que me sintiera tranquila.
Mi marido me regaló el viaje de mis sueños. Me sorprendió mi tranquilidad durante el vuelo: de no haber hecho el curso, no habría podido!
Mi pánico era tan grande que pensé nunca más iba a poder viajar. Hoy viajo tranquila y me doy cuenta de lo que ustedes lograron en mí.
Prueba superada! Estoy de regreso y el viaje fue uno de los que más disfruté en mi vida. Hasta disfruté mirar las nubes, es imperdible.
El curso vale la pena. Ya no me late el corazón a mil todo el tiempo y pude dejar de querer tener el control de cosas que no me corresponden a mí.
Les escribimos desde Florida! Tuvimos un muy buen vuelo y la pasamos bien.